Hoy, te voy a explicar 3 sencillas formas de mejorar la locución, que me están enseñando en la estupenda academia de voicesgo.com.
Seguro que te apetece, ¿verdad?
Pues vamos al lio.
Descubriendo la locución
La verdad es que hablar sabemos todos, ¿no?
El echo de que hayas ido al colegio, vivamos en sociedad y te relaciones con las personas de tu entorno, es una prueba irrefutable.
Pero, ¿y locutar? Ahí no todo el mundo sabe como hacerlo y, tampoco, saben lo que es.
Hay que aprender.
Si bien todo el mundo puede hablar para hacerse entender dentro de una conversación, no todos saben como locutar correctamente.
Seguramente, puedas ponerte delante de un micrófono y empezar a leer un texto y que sea comprensible. Pero, ¿sabrías locutar un texto con ritmo? ¿qué sea persuasivo? ¿interpretado y bien vocalizado?
Normalmente, a la hora de locutar un texto corporativo, no siempre hay que ser serio.Ya sea, porque lo elijas tú o te lo indiquen, hay que saber elegir que partes son más serias o vehementes y, cuales son más cálidas.
Esto es importante, porque se puede hacer que la locución sea amena, o un total tostón.
Saber que ritmo tiene que llevar un texto y con la entonación adecuada hace que la comunicación sea más efectiva y pueda captar la atención de los oyentes.
La verdad, que para ser un buen locutor/comunicador, vamos a tener que practicar bastante. Realmente no hay ningún atajo que convierta nuestras voces en las más seductoras.
Aunque no existan atajos, sí que existen pautas para mejorar nuestras locuciones.
Y eso es de lo quiero hablarte hoy.
Vuelvo a avisarte y, a mi también, que esto nos va a llevar tiempo, dedicación y esfuerzo para mejorar nuestras habilidades. Así que…¡empecemos!
1. Practicar siempre
Esto es parte de un proceso. Tu voz. Mi voz. Irá cambiando poco a poco. No podemos pretender de la noche a la mañana transformar nuestra voz como la de Constantino Romero o Matías Prats.
Es imposible.
Es como pretender ir al gimnasio y, en un día, tener un cuerpo de modelo espectacular.
Hay que practicar siempre con nuestra voz aunque nos suene nasal o demasiado aguda en un principio (como es mi caso jeje).
Tampoco hay que forzarla. Ni engolar. Tenemos que trabajar con nuestra voz e ir transformándola.
No hay que engañar.
2.Elige un momento del día relajado
Sí, aunque parezca mentira, el estado de ánimo repercute mucho en cómo locutamos.
También, el cómo queremos transmitir el mensaje.
Por ejemplo, no es lo mismo escribir relajados que nerviosos, ¿verdad?
Relajados fluyen más las ideas y nos expresamos mejor. En cambio, si estamos nerviosos, nos ocurre todo lo contrario y, además, la letra nos sale más sucia y menos legible.
Por eso, es importante que estemos relajados, a gusto en el ambiente y sin preocupaciones en la cabeza.
3.Vaso de agua
Como os he dicho antes, en el primer punto, no hay que forzar la voz en ningún caso. Y en el momento en el que sintamos alguna molestia, hay que parar inmediatamente.
Pues bien, para evitar esas molestias y ser precavido, lo mejor es tener un vaso de agua cerca e ir refrescando de vez en cuando la garganta.
Así evitamos que se irrite y tengamos que parar. Si eres como yo, que tu punto débil esta ahí, me lo agredecerás.
En serio, no hay que tomarse en broma este punto. Tengamos el vaso de agua cerca.
Conclusión
Para terminar, os diré que con practicar 30 minutos al día es suficiente. No hace falta estar horas y horas. Con media hora al día practicando la locución, ya sea, en el ritmo, la vocalización, la entonación, etc. Es suficiente.
Como siempre, no pretendo ser un Gúru en esto ni en nada. Solo quiero aprender y que me enseñen.
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